Joaquín Gallegos Lara

 

Biografía

 

Nació el 9 de Abril de 1909 y murió el 16 de Noviembre de 1947, a los 38 años de edad. Fue inscrito en el Registro Civil con el nombre de Joaquín José Enrique de las Mercedes Gallegos Lara.

Padre: Joaquín del Campo.

Madre: Emma Lara Calderón

Perteneció a una familia de prestigiosos intelectuales de origen español y de noble linaje.

             Fué un autodidacta no acudió a Escuela ni centro académico alguno en pos de formación intelectual, pues nació con una deformación física en sus extremidades inferiores, razón por la que se consagró desde su más temprana juventud a la lectura, logrando adquirir una sólida visión del movimiento cultural de su tiempo.

            Escribió apenas un puñado de cuentos que se publicaron en la colección “Los que se van” junto con Enrique Gil Gilbert y Demetrio Aguilera Malta.

            Formó parte del “Grupo de Guayaquil” que, además de ser integrado por Demetrio Aguilera Malta, Enrique Gil Gilbert y él, incluyó a Alfredo Pareja Diezcanseco y a José de la Cuadra dentro del realismo social ecuatoriano, que es hasta hoy el movimiento literario más importante que ha tenido el Ecuador.

Gallegos Lara mantuvo una activa participación política en las filas de la izquierda.

            Fue una personalidad multifacética. Se destacó en las filas de los avances del movimiento revolucionario de su época y brilló como escritor, luciendo su talento y su pluma en la poesía, el cuento, la novela, el relato, el periodismo, la pintura y la crítica cultural.
Se inició como literato ejerciendo el oficio de poeta.

Obras 

Poema: Despedida del hogar (1926)

Poema: Bandera roja (1934)

Romance de la rural (1937)

Poemario: Audiciones ecuatoriales

Los que se van

Poema: Film ferroviario (1937)

Las cruces sobre el agua (1946)


Los Cruces sobre el Agua

Resumen:

La novela describe el recorrido de dos guayaquileños: Alfredo Baldeón y Alonso Cortés. El primero es hijo de Juan y de Victoria. Vive en una casa paupérrima del barrio del astillero de Guayaquil. A corta edad se enrola en el ejército para luchar en Esmeraldas. Allí, además de aventuras militares, tiene sus primeras aventuras amorosas. Cuando decide regresar a Guayaquil trabajará duramente tanto en un taller como en una panadería. Se enamora de Leonor, una chica que vende cigarrillos en la calle.

Tras un corto viaje al Perú en compañía de su tío, decide regresar a Guayaquil, donde se casa con Leonor. Los malos tratos que sufre en su trabajo y las continuas rebajas de las pagas, hacen que renuncie a la panadería y decida instalarse por su cuenta. Se dedica a fabricar pan con un compañero que tiene un horno, y a venderlo en el centro de la ciudad. Alfredo, Leonor y su madre viven en una casucha junto al basurero municipal.

Otro personaje principal es Alonso Cortés que pertenece a la clase media baja y es desde pequeño íntimo amigo de Alfredo Baldeón. Intelectual por inclinación, intenta continuar sus estudios en la escuela Vicente Rocafuerte, pero la difícil situación económica por la que atraviesa su familia se lo impide, y comienza a trabajar como tinterillo. Se enamora de varias chicas, pero el amor de su vida es Violeta, la vecina de arriba de su casa.

En 1922 los sindicatos de obreros de Guayaquil deciden ir a la huelga. Alfredo encabeza la lucha de los panaderos. El 15 de noviembre salen a la calle a manifestar su protesta contra la carestía de alimentos, la subida del dólar y los sueldos de hambre. El gobierno decide reprimir las manifestaciones, y el ejército comienza a disparar sobre la multitud de obreros, mujeres y niños. En la refriega, tras combatir heroicamente, muere Alfredo Baldeón. Ese mismo día, su mujer, Leonor, muere al dar a luz a un niño muerto.

Por otro lado, Alonso Cortés, que simpatizaba con las reivindicaciones de los obreros, no se lanza a la calle por los ruegos que le hace su familia, aunque al enterarse de la desaparición de Alfredo va inmediatamente a buscarlo. Una vez que se calma la situación, Alonso decide romper su noviazgo con Violeta, pues considera que esa joven carece de sensibilidad social. Tras un largo viaje en compañía de su madre, regresa a Guayaquil, ciudad que ve transformada por la riqueza que manifiestan los edificios del centro de la ciudad, y por el continuo agrandarse de los suburbios de obreros. Al ver unas cruces sobre el agua del río Guayas, pregunta qué significado tienen; un negro estibador le explica que se colocan allí todos los 15 de noviembre, en recuerdo de los muertos que los militares echaron al río después de la cruenta represión anti-obrera.

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